“Si el dinero que pone de más el Estado es consecuencia de una mayor capacidad económica de España, derivada del crecimiento desde 2001 (cuando se pactó el actual modelo de financiación), no hay problema. Otra cosa es que se lo quite el Estado de su gasto. Entonces yo diría que no [es sostenible el modelo]. Ese debate de que lo mío es mío y lo tuyo de los dos, tiene un límite. Por eso deberíamos decir todos bien claro que la capacidad de cesión de impuestos ha tocado techo cuando se firme el modelo. Y que no cabe que nunca nadie más vuelva a plantear otra.

[Hay] veinticinco diputados [del PSC en el Congreso] que lo son porque los catalanes quisieron votar a José Luis Rodríguez Zapatero. Si no, algunos ni siquiera lo serían. Que quede claro. Basta con comparar los resultados entre las generales y las autonómicas. Votaron, no para que el PSC tuviera 25, 13 o 12 diputados, sino para que Zapatero fuera presidente del Gobierno. No acepto que eso se ponga periódicamente encima de la mesa.

[…] Tiene que ser un modelo basado en la solidaridad, que es un concepto subsidiario de la igualdad. Somos solidarios porque somos iguales. Y lo que vamos a financiar son servicios que se tienen por derecho de ser españoles, no catalanes o extremeños o madrileños”. (lavozdebarcelona.com, 29/12/2008)