Un colegio de Gijón contesta en bable a uno balear que le mandó una carta sólo en catalán. (El MundoEl Día-com, Illes Balears, 28 de febrero de 2007)
Baleares, claro, no es Cataluña; pero como si lo fuera. Cuando menos, en determinados centros de enseñanza. Juzguen ustedes, si no. Mediado el primer trimestre del presente curso, una familia de Palma de Mallorca se ve forzada a abandonar la isla y a fijar su residencia en Gijón. Esa familia tiene una hija en edad escolar, por lo que la pequeña debe cambiar de escuela. Ningún problema. Bastará con que se matricule en un colegio público gijonés y con que el colegio público palmesano en el que ha estudiado hasta la fecha envíe su expediente escolar al nuevo centro de enseñanza. La madre, pues, solicita el documento a la escuela de la niña, no sin precisar que la familia se va a vivir a Asturias, nada, no vaya a ocurrírseles enviarlo en catalán. Se les ocurre. Y cuando el expediente llega a su destino, los responsables del colegio gijonés se lo toman a cachondeo y contestan a sus colegas mallorquines en bable, indicando que van a solicitar a su propio consejero de Educación que les mande un traductor por cada lengua y cada dialecto hablados en España. Ante la respuesta de los asturianos, los mallorquines cambian de opinión y envían por fin el expediente en castellano. (Xavier Pericay, en ABC-Cataluña, 03-02-07, vía Criterio, 04-02-07)
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