4/1/19

El independentismo emocional que rodea al mundo postconvergente de Carles Puigdemont dispara su último cartucho emocional antes del juicio a los políticos presos con el anuncio de las huelgas de hambre... se producirá una guerra ahora de carácter emocional para dejar de lado a Esquerra Republicana...

"Ahora sí. A por todas y con las consecuencias que sean necesarias. El independentismo emocional que rodea al mundo postconvergente de Carles Puigdemont dispara su último cartucho emocional antes del juicio a los políticos presos con el anuncio de dos huelgas de hambre, la que personalmente han asumido Jordi Sànchez y Jordi Turull

El reto es mayúsculo para las autoridades judiciales y el Gobierno español, en la semana en la que se cumplirá el 40 aniversario del referéndum de la Constitución española. Se llega a esa fecha con el encarcelamiento preventivo de dirigentes políticos, a la espera de un juicio por rebelión y sedición que se iniciará a medios de enero.  (...)

¿Pero, qué está en juego? Los independentistas presos en Lledoners, entre los que se encuentra Oriol Junqueras, acordaron la medida. No hay fisuras, aparentemente, en esa cuestión. Pero sólo dos quisieron llevarla a cabo: Sànchez --veterano activista en la Crida per la Solidaritat-- y Turull, un político clásico de la cantera de Convergència. 

Eso implica que la operación está en manos de Puigdemont y del mundo irredento postconvergente, y que se producirá una guerra ahora de carácter emocional para dejar de lado a Esquerra Republicana. (...)

Y todo eso se une a una febril actividad en el extranjero, que ha logrado el apoyo --se considere o no importante-- de asociaciones de profesores y estudiantes de ciencia política de Estados Unidos y del Reino Unido, sin que los efectos de la nueva política exterior del ministro Josep Borrell se hayan notado por lo menos en el mundo académico, tal y como han insistido en destacar informes de analistas del Real Instituto Elcano.

El independentismo sabe que se la juega, que en las últimas semanas su estrategia ha comenzado a hundirse, y que las reclamaciones de distintos colectivos sociales han hecho abrir los ojos a buena parte de la sociedad catalana, con el Gobierno catalán que preside Quim Torra tocado y enrocado, porque se había olvidado su faceta de gestor de la cosa pública.

Llega el juicio, y todos los colectivos soberanistas se han puesto las pilas para presionar al máximo. Se queman las naves a la espera de lo que ocurra, con la intención de que se declare nulo. Ese es el objetivo, impedir, de hecho, que se pueda iniciar el juicio. 

Y, si se desarrolla, preparar el ‘momentum’ que reclama el presidente Torra y Carles Puigdemont desde Waterloo para establecer otro pulso con el Estado, lo que echaría por tierra, otra vez, la estrategia de Esquerra Republicana. 

(...) el independentismo va a por todas, con Torra al frente y con una máxima que difundió en su comunicado: el estado español no garantiza una justicia equitativa, y el entorno internacional lo sabe. Ese es el latiguillo que se intensificará en las próximas semanas, con activistas que colocan mensajes en todos los medios extranjeros, el último en un diario de México.

 Todo vale para desacreditar a España. Con esa decisión se pone fin, --así lo intentará el Govern de Torra-- a las protestas sociales que han protagonizado esta semana. Alcanzado un acuerdo con los médicos de atención primaria, se entiende que todo el foco estará ahora en el seguimiento de la huelga de hambre (...)"                 (Manel Manchón, Crónica Global, 02/12/18)

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