"(...) Ni el Estado español ni Mariano Rajoy; el principal obstáculo de Artur
Mas para llegar a poner las urnas el 9 de noviembre son sus vínculos con
la banca y las grandes multinacionales.
Durante una discreta reunión
celebrada el 20 de julio en el Palau de la Generalitat con la plana
mayor de los representantes españoles en la Comisión Trilateral, el president
de la Generalitat aseguró que no está dispuesto, en ningún caso, a
“pasar por encima de la legalidad” para hacer la consulta del 9 de
noviembre.
Estas palabras lo atan de manos y pies, sobre todo teniendo
en cuenta quienes eran las personas que le escuchaban entre las paredes
del edificio donde, más tarde, ha firmado el decreto de convocatoria de
la consulta. (...)
La Comisión Trilateral y el Club Bilderberg tienen la capacidad de hacer
temblar las variables macroeconómicas de toda la Unión Europea. Pueden
cambiar a dedo los presidentes de Italia o Grecia sin necesidad de hacer
comicios.
Mas lo sabe bien. Durante la rueda de prensa de valoración de
los resultados del referéndum escocés, un periodista de The Economist
preguntó al presidente catalán si la consulta era un pulso a la Unión
Europea y Mas, sin dudar, respondió: “No, la gran mayoría de los que
impulsamos el proceso queremos continuar en Europa, en el euro y en la
OTAN “.
Por tanto, es muy difícil que la desobediencia en España se
llegue a materializar de la mano de Artur Mas, sobre todo por los
obstáculos que pondrían sus socios de la economía global. Pero también
porque tendría graves dificultades de cara adentro, con la cúpula de los
Mossos y con UDC, su socio de federación y de gobierno. (...)" ([Artículo publicado en La Directa] , Jesús Rodríguez , en Rebelión, 01/09/2014)
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