"El sábado empezó la campaña por la ahora difunta 'consulta'. Lo
hicieron sin haber creado un símil de Junta Electoral, para regular y
supervisar aquella campaña. Es un caso sin precedentes a nivel
universal.
O sea que el domingo, el lunes y el martes se podía haber hecho de
todo, incluso propaganda racista o totalitaria, con carteles u otras
acciones electorales. Ha sido el miércoles cuando han creado esa
organización, ya sin ninguna eficacia. Es una prueba más del desprecio
por el derecho por parte de la Generalidad.
En toda esta parodia de no se sabe qué, hay de todo.
Ahora resulta que organizaciones territoriales de CDC han reclamado a
la dirección, por vía interna, acabar con el 'monotema' independentista y
empezar a preparar las elecciones municipales, previstas para la
próxima primavera. Mas sigue obsesionado en prolongar su agónico
mandato.
Por ello, Mas quiere una lista conjunta con ERC, encabezada por él
mismo, para unas elecciones denominadas 'plebiscitarias'. Junqueras se
resiste, a veces moderadamente, otras no tanto, porque en todos los
casos se ve, con bastante razón, como ganador.
Una lista CDC-ERC representaría el fin de CiU, como ya mostró la
conflictiva reunión del Consejo Ejecutivo del martes. Es bastante
singular que los dos consejeros más implicados administrativamente en lo
que fue el proyecto de consulta sean de UDC y contrarios a forzar esta,
en un marco convertido en ilegal.
Mas cree que debe mantener una "estrategia de tensión" porque eso le
favorece respecto a ERC. No ve, o no quiere ver, que esta política le
deja más y más en manos de ERC, si ello es posible, debdio al control de
la ANC por parte de ERC. (...)
Precisamente dentro Iniciativa hay auténticas reyertas. El
independentismo ha conseguido crear dos polos, uno encabezado por
Herrera y el otro por Camats. El primero desconfía de la locura
independentista y Camats le gusta. Resulta bastante curioso constatar de
dónde se viene y adónde quieren ir algunos sectores de ICV.
"El poner de relieve un hipotético cambio de posición del Tribunal
Constitucional -me dice un dirigente comarcal de CDC- es una maniobra de
Mas para alejar la atención de lo que hoy es clave y determinante: la
posición de Junqueras. Estamos en una situación en que nosotros sólo
podemos ir a remolque.
Mientras el griterío de Mas sea una mera
apariencia de política, a Junqueras le da igual. Pero si Mas llega a
alcanzar, lo que creo imposible, una cierta preeminencia política real,
ERC le decapitará en cuestión de minutos. El espectáculo llega a ser
grotesco. Frente a la galería, Mas lo plantea todo en términos
demagógicos de blanco o negro, cuando la relación con ERC está llena de
grises y de complejidad". (...)
En el caso, más que probable, de que no haya una elección denominada
'plebiscitaria' con una coalición CDC-ERC, resultaría que CDC tendría un
grave problema respecto a quien encabeza su entonces obligada
candidatura. El propio partido ve que Mas sería un candidato horrible
por el gran cansancio que ha causado y su siniestra gestión de la
Generalidad. Él tampoco podría soportar pasar de creerse que era Moisés a
convertirse en un profeta menor, como máximo. O incluso un Judas para
su partido y para el independentismo. (...)
Hay que añadir que detrás de Mas en CDC está el vacío y la necedad más
absoluta. Oriol Pujol y Felip Puig están liquidados por temas judiciales
y familiares. Francesc Homs hace llorar. Rull, Turull y Corominas ya
han podido demostrar su ineptitud. CDC es hoy el desierto del Sáhara. (...)" (Alfons Quintà, Crónica Global, Jueves, 2 de octubre de 2014)
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