"(...) Como sabrán, la Assemblea Nacional Catalana se manifestó de siete a
siete y media delante de los ayuntamientos con gran despliegue de TV3,
que emitió un "especial" al efecto.
En Barcelona llovía, quien lo diría,
pero se llenó la plaza de San Jaime, mayormente de paraguas. En el
resto de plazas, pues gente, pero no tanta. Los chicos de las CUP
quisieron acampar frente a la delegación del Gobierno, pero los Mossos
los majaron hasta que se fueron. Y poca cosa más.
Que la web para votar
sigue abierta, pero ya no se actualiza y que la campaña "institucional"
de la Generalidad ha sido sustituida por una campaña de la ANC muy
pinturera. Son unos anuncios como de las páginas amarillas que describen
una Cataluña alucinante; otro oasis es posible. (...)
"Temo por mis amigos que ayer se manifestaban. Emparedados entre el
desprecio de la gran mayoría de españoles y la improvisada estrategia de
los líderes catalanes (unos líderes que organizan pomposas liturgias
emancipadoras para aparcar enseguida en un área de descanso).
Como
Jacques el fatalista, aquel personaje de Diderot, me pregunto: ¿Sabe
alguien adónde vamos?"
Grandiosa metáfora: El "área de descanso". De quitarse el sombrero. Un retrato clavado, hiperrealista. (...)" (Pablo Planas, Crónica Global, Miércoles, 1 de octubre de 2014)
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