10/9/14

Hábilmente, un President que tenía que huir en helicóptero del Parlamento, en unos meses podía presentarse como salvador de la patria amenazada por el expolio fiscal, callando el superávit comercial

"(...) El giro independentista del tandem Mas-Pujol, construyo para el consumo popular un discurso victimista y de superioridad moral, laboriosidad y honestidad de Cataluña, frente a una España corrupta y perezosa que robaba a los catalanes. 

Un ejercicio de propaganda mediante el que unos ladrones trataron de ampararse en un Leviatan abstracto, al que atribuir todos los males: España nos robaba, sin distinguir entre un minero asturiano y Botín, entre una enfermera de Madrid y Esperanza Aguirre, entre un jornalero y la duquesa de Alba.

La operación de Artur Mas se desarrolló en tierra fértil. La presencia del PP en el gobierno del estado tensó el histórico rechazo de la mayoría de la ciudadanía en Cataluña contra la derecha española heredera del franquismo. Con mayor motivo tras el recurso del PP al Tribunal Constitucional contra el Nou Estatut refrendado en las urnas.

 El reino de España se podía caricaturizar teñido de azul: centralista, conservador, incapaz de comprender a Cataluña, y menos, de convertirse en una federación democrática que respete el derecho de autodeterminación de los pueblos.

Artur Mas olvidando que el mismo había recortado el Estatut presentado por el Parlament de Cataluña ante Zapatero, pasó a adoptar una gesticulación soberanista que caló en sectores de la sociedad gracias a un diagnóstico interesado de las causas y responsabilidades de la crisis. 

La denuncia del expolio fiscal, junto al silencio sobre el superávit de la balanza comercial de las empresas catalanas en el mercado español, creó la falsa ilusión en muchos ciudadanos catalanes no nacionalistas sobre las ventajas de la independencia. 

Hábilmente, un President que tenía que huir en helicóptero del Parlamento asediado por los ciudadanos, en el curso de meses podía presentarse como salvador de la patria amenazada.

Esta enorme ilusión colectiva se ha mantenido, a pesar que el gobierno de la Generalitat ha sido el adalid de las políticas de ajuste y austeridad de la Unión Europea: Artur Mas defendió con el voto de CIU la Contrarreforma laboral que ha destruido millón y medio de empleos y rebajado los salarios. CiU votó con el PP a favor de la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria que refuerza los poderes centrales del estado para hacer cumplir los objetivos sobre déficit y deuda y del Tratado europeo de estabilidad. CIU traicionaba, junto al PP y PSOE, la soberanía popular sobre la economía, entregándola a los poderes oligárquicos de la Unión europea, CiU fuera de la cuestión lingüística comparte con el PP el modelo privatizador y precarizador de la educación pública de las guarderías a la Universidad

Ahora la confesión del padre de la patria., lo desvela como vulgar “padrino” de un país, cada vez más cercano a Sicilia que a Baviera. Cataluña se revela de la misma “pasta” que la España de la corrupción de Gurtel y Barcenas, de los EREs de Andalucía, de Urdangarín y consorte. Las dos Cataluñas emergen junto a las dos Españas, especialmente tras unas elecciones europeas donde se hunden los dos grandes partidos que se alternaban en el poder, y ascienden las fuerzas a la izquierda del PSOE.(...)

 Hoy todos podemos ver, que quienes se llenaban la boca de discursos patrióticos, muestran que en su vida privada no solo robaban al pueblo que decían defender, sino que el producto de este robo se sacaba del país para llevarlo a paraísos fiscales y especular. Es decir se sustrajo a cualquier tipo de inversión productiva, creación de empleo o desarrollo ya fuera de infraestructuras, tecnología o conocimiento en Cataluña. El desenmascaramiento de los negocios de la familia de Jordi Pujol es una carga de profundidad contra el discurso soberanista, que desmoraliza a una parte de la ciudadanía aferrada a los símbolos, y refuerza a los partidarios del “status quo” y de recentralizar el estado, una deriva que perpetuaría las divisiones entre la clases populares del Estado. (...)"                 (Socialismo 21, en Rebelión, 09/09/2014)

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