"Mientras en la calle crece el malestar por las políticas de austeridad
aplicadas por el Gobierno catalán y se deterioran las expectativas
electorales de CiU en favor de ERC, el presidente de la Generalitat,
Artur Mas, ha lanzado una campaña que, aprovechando el 300º aniversario
de la derrota de Barcelona a manos de las tropas de Felipe V, pretende
convertir la efemérides en una sucesión de actos de afirmación
soberanista destinada a presentar a España como el enemigo secular de
los catalanes. (...)
Se trata de un burdo e indisimulado intento de manipulación política que
pretende poner algo tan serio como la historia al servicio de los fines
propagandísticos de la agenda soberanista. En la presentación de los
actos, Mas afirmó que en estos 300 años España y Cataluña han estado en
“conflicto permanente” por culpa de “una cultura castellana y española
de imposición”, frente a la voluntad “pactista” de los catalanes.
Con
semejante operación, Mas y sus colaboradores no hacen otra cosa sino
aplicar el esquema clásico de la construcción ideológica de los
nacionalismos, consistente en atribuir a un supuesto “enemigo exterior”
todos los males, y tratar de imponer una visión esencialista y romántica
de la nación, algo más propio del siglo XIX que del XXI.
Sorprende que
algunos reconocidos intelectuales se presten a esta maniobra, lo cual
indica que la dinámica envolvente del soberanismo está alcanzando a una
parte de la academia, cuya pérdida de objetividad solo puede redundar en
su desprestigio. (...)
Este planteamiento presenta los ingredientes de un populismo identitario
que solo puede ahondar la fractura entre la sociedad catalana y el
resto de España. En política, jugar a que las emociones se impongan a la
racionalidad es siempre muy peligroso. Puestos a conmemorar y mirar
hacia atrás, harían bien los catalanes en detenerse en otra efemérides
que también se conmemora el año próximo: el centenario del estallido de
la I Guerra Mundial.
Porque esa terrible experiencia histórica nos
ilustra sobre lo fácil que es prender el fuego de los enfrentamientos
identitarios y lo difícil que resulta luego apagar la hoguera encendida.
La historia proporciona grandes lecciones, siempre que las queramos
aprender." (Editorial de El País, 10/06/2013)
No hay comentarios:
Publicar un comentario