"Pocos se atreverán a discutir al catedrático Ignacio Zubiri la
condición de primera autoridad de la Universidad vasca en asuntos de
financiación. Él escribió aquí que en 2010 hubo una sobrefinanciación del 60%. El técnico Javier Vicente Matilla era de opinión concordante. Zubiri abundó en este artículo. Y mi querido y admirado Javier Corcuera sostenía en éste que los flujos eran favorables al País vasco desde que la CAV asumió las competencias de Sanidad en 1987.
Angel de la Fuente, que es autoridad nacional, dice en el artículo de ‘El Mundo’ “Todos financian a los más ricos. El cálculo del Cupo”:
“El problema es que todo lo que pone en la Ley [del Cupo] es falso. Es un cuadro con el coste de las competencias del Estado que no han sido transferidas y una serie de compensaciones por impuestos, sobre todo por el IVA, déficit público y otros conciertos. Pero las cifras que aparecen evaluando las competencias del Estado y las compensaciones, son falsas. Infravaloran el coste de las competencias y sobrevaloran las compensaciones, y por eso el importe del Cupo es ridículo.”
Ésta es la cuestión. Enredarse a discutir sobre porcentajes del PIB,
de población o de competencias no asumidas es hablar sobre el sexo de
los ángeles si se valoran mal las cifras a las que aplicar el
porcentaje, aunque sea el más equitativo del mundo. Otro diario de
Vocento, El Diario Vasco, publicó a finales de los años 80 un artículo
de Javier Olaverri, dirigente de Euskadiko Ezkerra.
La pieza iba
ilustrada con la imagen de unas cuentas hechas a mano en una hoja de
bloc cuadriculada. Era el cálculo del Cupo de aquel año, que la comisión
negociadora del PNV había tramado durante el viaje en Talgo a Madrid
para negociar con el Gobierno de Felipe González.
Tal como explicaba Olaverri en el texto el cálculo había sido hecho
“con el reputado método de contabilidad de Sokoa” (fábrica de muebles
que ETA tenía en Hendaya en régimen de cooperativa, en la que la Policía
había encontrado dos misiles y la contabilidad de la banda terrorista).
El cálculo había sido de-construido como los crucigramas: partiendo del
resultado final, la cantidad que se quería pagar, para determinar las
cantidades cuyos porcentajes dieran el resultado apetecido. Aquel fue
exactamente el Cupo que Madrid aceptó como bueno, según recuerdo.
Es una
lástima que la información de El Correo no recuerde el artículo citado.
(Sería bueno que, si algún lector, alguien que tenga amistad y contacto
con Olaverri, el propio Olaverri, alguien que tenga acceso a la
hemeroteca de El Diario Vasco, pudiera disponer de aquel artículo, lo
cuelgue en un comentario).
El asunto, la verdad verdadera de la vida está en el cómputo de las
habas (o de las nueces, vaya) que es la financiación pública por
habitante, según datos de la Agencia Tributaria, el Instituto Nacional
de Estadística y CCOO: cada español de régimen común recibe una
financiación pública de 2.012,21 €. Cada ciudadano vasco, 4.538,64 y
cada navarro 4.815,36, no hay quién dé más." (SANTIAGO GONZALEZ, 24/06/13, en Fundación para la Libertad)
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