27/2/11

El escritor bilbaíno Willy Uribe fotografía los lugares donde ETA ha cometido un asesinato para que «no terminen en el olvido»

"Un hombre aguarda solo en su coche en mitad de la madrugada. Una niebla densa cubre la carretera. Espera a que sean las siete de la mañana. Entonces, se apeará del vehículo, caminará hasta un talud junto al arcén y tomará una fotografía.

Es el 13 de enero de 2010 en Azpeitia. Un rato antes, a las 3.00, ha hecho la misma operación al otro lado de la carretera. Hace exactamente 31 años, dos patrullas de la Guardia Civil circulaban por ese punto. Nadie barruntó la existencia de la bomba.

ETA hizo explotar cinco kilos de goma-2. Uno de los 'Land Rover' saltó a quince metros. El agente Francisco Gómez Gómez-Jiménez, de 28 años, murió en el acto.

El escritor y fotógrafo Willy Uribe está ahora en la pausa del terror. Esos minutos que quedan hasta las siete de la mañana, cuando un segundo artefacto segó la vida de otro guardia civil, Miguel García Poyo, y un desactivador de explosivos -Francisco Mota Calvo, quien en realidad murió dos días más tarde a consecuencia de las heridas- que inspeccionaban el lugar del atentado.

Entonces, Uribe fotografiará el lugar donde quedaron tendidos los cuerpos. Luego se irá, en busca del siguiente día de sangre en el calendario. Hay muchos. Más de 900.

El escritor, nacido en Bilbao en 1965, se impuso el año pasado la misión de retratar todos y cada uno de los lugares donde ETA ha asesinado a una persona. El día del aniversario. A la misma hora. Allí estará él con su cámara.

Lo que comenzó como un encargo de la revista digital Factual se convirtió más tarde en un «asunto personal. Cerró la sección y me pareció poco honesto conmigo mismo dejar de realizar esas fotos, así que continué por mi cuenta. Sé por qué lo hago. No milito en partidos ni asociaciones.

Un día me dije: '¿Qué puedo hacer yo contra la violencia de ETA?' Y la respuesta fue: 'Que no se olviden los asesinatos'. El olvido no es un sapo que haya que tragar». (...)

En Ispaster, por ejemplo, hay una foto idílica de una carretera que cruza un monte. Tranquilo, bello. Pero allí hubo una carnicería. Un comando ametralló a seis guardias civiles y los remató con granadas de mano. Una de ellas le explotó a dos etarras.

También murieron. La gente debe saber lo que ocurrió en sus pueblos. Ya no hay miedo, pero sí dramas inmensos que se han olvidado».

- ¿Qué imagen le ha impresionado más?

- Todas reflejan el 'listón moral' de ETA, que decide quién merece vivir o morir.

- ¿Qué siente mientras espera la hora en que fue el atentado?

- Una tristeza absoluta. En la mayoría de los casos ya no hay nadie que acuda al lugar durante el aniversario, así que trabajo en soledad y silencio.

Imagino la vida de la víctima, cómo llegaron y huyeron los terroristas, su logística: te das cuentas de que para que uno apriete el gatillo, debe haber diez que le ayudan. Y lo peor es ser consciente de que aquello que imaginas no es literatura, sino la realidad." (Fundación de la Libertad, citando a EL CORREO, 26/2/2011
)

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