17/8/20

El proceso con nombre y apellidos. Los periodistas que han alentado un “populismo de clases medias”. Agitadores y propagandistas: Pilar Rahola, Francesc-Marc Álvaro, Agustí Colomines, Salvador Cardús, Joan B. Culla, Xavier Sala Martín, Pepe Antich...

  "El historiador Josep Burgaya se ha atrevido a poner nombre y apellidos en el proceso. Burgaya, doctor en historia por la UAB y profesor de la Universidad de Vic, acaba de publicar “Populismo y relato independentista en Cataluña ¿Un peronismo de clases medias? (El Viejo Topo).

La tesis principal de la obra es que, en efecto, el proceso ha sido un peronismo dirigido a las clases medias por una élite gobernante para tapar otros problemas.

A base de “un relato cerrado, la visualización de horizontes de progreso y emancipación, la identificación amigo-enemigo, el poder cohesionador del victimismo, la construcción de una relación imaginaria, la creación de conceptos y lenguaje propio, el uso movilizador de las redes sociales y el rescurso a la posverdad” como advierte en el mismo prólogo.

Pero el mérito de la obra, entre otros, es que describe el papel jugado por los medios de comunicación y el periodismo en el proceso. “Para convertir determinados relatos primero en hegemónico y después casi en único se requiere poner a sueldo de manera directa o indirecta , a publicistas y comunicadores”.

El autor cita como “agitadores y propagandistas” a “Pilar Rahola, Francesc-Marc Álvaro, Agustí Colomines, Salvador Cardús, Joan B. Culla, Xavier Sala Martín, Pepe Antich”.

También “Mònica Terribas, Jordi Basté, Toni Soler, Bed Oliu, Joan Josep Queralt, Ricard Ustrell, Cristina Puig”. Y finalmente a “Toni Soler, filósofos como Bernat Dedeu o Jordi Graupera, periodistas como Pilar Carracelas, Ferran Casas, Jordi Borràs o Enric Vila, agitadores como Eduard Voltas o inclasificables como Miquel Calzada”.

El autor, que también incluye a Rafael Ribó entre los pregoneros del proceso, considera que “una de las víctimas principales de este proceso ha sido el periodismo, entendido como una practica basada en la verdad, la profesionalidad y la ecuanimidad".

La obra acaba con una advertencia y afirma que el proceso no es “un litigio de soberanías entre Catauña y España” sino que ha provocado una “profunda división entre los ciudadanos de Cataluña” que puede provocar “daños difícilmente reparables”. “No hay nada peor -insiste- que la una generación de políticos con la predisposición de pasar a la historia”.    (e-notícies, 14/08/20)

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