"Han hecho lo más difícil. Lo fácil, elegir un Gobierno, puede llevar
algunos meses. La CUP volvió a negar ayer su apoyo a Mas y propuso a
Raül Romeva como presidente. Tiene su lógica.
Ordinal. Es el número uno
frente al número cuatro. Romeva tiene, por otra parte, el toque de
paranoia que distingue a los grandes líderes nacionalistas. Él oía
ruidos. Eran los motores de los F-18 con que el Ejército español trataba
de acojonar a los intrépidos catalanes. También denunció ante la
Comisión Europea el genocidio perpetrado por el defensa madridista Pepe
al darle un pisotón a Messi durante un clásico. (...)
Mas es cada vez menos en dos sentidos. Acortando las legislaturas: ha
consumido dos en cinco años y ofrece a la CUP abreviarse aún más: está
dispuesto a dejar la próxima en 18 meses. También mengua en cada cita la
representación de su partido: de 62 escaños a 50 y de 50 a 30, que son
los que tiene ahora en Junts pel Sí.
Qué fenómeno. Si extendiera esta
habilidad suya a todos los órdenes de la vida, pongamos por caso a los
lances amatorios, habría ganado fama y no sé si fortuna como el Casanova
del minuto y cuarto. Casanova es un apellido de origen catalán, que
tuvo casa solariega en Balaguer, o sea, que hay legitimidad de origen.
Fracasada la de ayer, si para la sesión de investidura de mañana no
han conseguido comprar un par de votos entre los grupos de la CUP y de
Catalunya Sí que es Pot, Junts pel Sí se vería ante las siguientes
posibilidades: confiar en que un par de diputados del no se equivocaran,
como el lunes Lluís Llach y la popularEsperanza García, o aceptar que
Mas siga menguando y convoque nuevas elecciones para marzo, que sería la
más indeseable de las soluciones para Convergència.
También cabe la posibilidad de que Mas salga investido con un pacto
bajo cuerda, en el que él sería un honorable de paja (dicho sea sin
ánimo de señalar) y el verdadero hombre fuerte del Gobierno sería el
vicepresidente Junqueras.
Esto durante año y medio hasta hacer a nivel
oficial normal lo que en la calle sería simplemente normal: Junqueras
president. Ya tengo escrito que se acabará acuñando una locución
popular: ser más tonto que Artur Mas, que se dejó arrebatar la
Presidencia tres veces por la misma Esquerra.
La primera, para Maragall.
La segunda, para Montilla, que eso es indicador del bajo concepto en
que le tienen a él, un catalán de pata negra, sus socios y principales
opositores. La tercera, para ellos mismos, que hay cosas que valen más
hacerlas que encargarlas.
Hace un tiempo, un tal Anaxágoras anotó en mi blog una sentencia que
se adaptaría como un guante al caso que nos ocupa: «Si me engañas una
vez, la culpa es tuya. Si me engañas dos veces, la culpa es mía. Si me
engañas tres veces, la culpa es del PP». (SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 11/11/15)
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